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jueves, 18 de agosto de 2016

Mi experiencia molona y no molona con la lactancia materna

Esta Semana Mundial de la Lactancia ha sido especialmente movidita, una compañera de trabajo que comentan que estaban dando de mamar a su peque y una señora la ha intentado tapar cogiendo la muselina del cochecito... Comentarios extremistas a una mami bloguera que comenta las cualidades de la leche de fórmula...



Así que, aún a riesgo de ser criticada, me lanzo a explicar mi experiencia con la lactancia materna. Ante todo, me gustaría aclarar que siempre intento hacer lo que buenamente puedo y pensando siempre en el bien de nuestra molona, como todas, vamos!
Antes de que naciera niñamolona, ya tenía clarísimo que quería intentar darle pecho. Por los beneficios que le aporta a ella en cuanto a nutrientes y defensas, y a la madre, ayuda al cuerpo a volver a su estado anterior, no sólo a nivel físico, sino a nivel hormonal, y previene el cáncer de mama.

Clàudia se adelantó 3 semanas y, como ya me había avisado mi médico, fue cesárea... Normalmente, cuando te hacen cesárea, cuesta un pelín más que "suba la leche", pero tuve la suerte de haberme puesto de parto, con lo cual, la oxitocina y la prolactina empezaron a hacer su trabajo y al tercer día, supe qué era eso de: subir la leche.
Durante esos 3 días sufríamos cada vez que entraban las enfermeras para informarnos del peso de Clàudia (dejan que pierdan un 10% del peso con el que nacieron, si lo sobrepasan, bibe de leche de fórmula al canto). La verdad es que había leído que si les dan leche de fórmula, luego rechazan la del pecho, y hombre, si se podía... pues mejor el pecho! Una enfermera, nos pegó una bronca por haber dejado dormir a la peque durante 6 horas seguidas la primera noche... Y me dijo que si quería darle pecho, tenía que ponérmela cada dos horas... Nos dijo que la teníamos que despertar con crema en las piernas. No le pasó nada, pero no sé si volvería a hacerlo...
El caso es que subió, jolin si subió, y experimentamos la maravillosa unión que supone la lactancia materna... Era genial, sobretodo cuando aprendí a ponerla en la posición correcta y cuando, al cabo de unas 3 semanas, estábamos totalmente sincronizadas. Notaba la subida 1 minuto antes de que ella empezara a llorar...
Al cabo de 4 meses, la cantidad empezó a disminuir, Clàudia no se quedaba satisfecha como siempre y la cosa empezó a no ser tan molona... Lo cierto es que tuve gente que me intentó ayudar para que siguiera con LM, pero quizá por nervios, por cansancio o, no sé porque, aquello no iba como antes... Intenté de todo, incluso estimular con sacaleches mientras Clàudia dormía para que aquello no dejara de producir... pero no funcionó y la verdad es que no me lo tomé mal...
Papámolón pudo empezar a participar en la alimentación de niñamolona y había tenido la suerte de disfrutar durante 3 meses de la lactancia... Y, una vez encontramos la leche que le gustaba a Clàudia, volvió a quedarse saciada con las tomas y a dormir como un angelito!
Lo dicho mamis, cada una hace lo que puede, y cada caso es un mundo, con sus circunstancias. Ayudémonos y apoyémonos entre nosotras!

viernes, 16 de agosto de 2013

Lactancia materna


Cuando estaba embarazada mucha gente me preguntaba: "¿le darás pecho?"
Claro que quería darle el pecho! Sé que es lo mejor que puedes darle a tu bebé, he leído los miles y miles de artículos que hablan sobre la importancia de dar de mamar como mínimo hasta los 6 meses. Pero tampoco quería obsesionarme... si subía la leche bien y si no... le daríamos leche de fórmula que no va nada mal... Vale que no es la de mamá pero está bien también!
Al tercer día de haber nacido Clàudia, la leche subió. Jolin si subió! Fabricaba muchisima, mucha más de la que necesitaba Clàudia y la verdad es que me sabía mal que se desperdiciara. Así que busqué y busqué y... encontré!
Existen unos aparatos llamados saca-leches que te vacían el pecho. También encontré unas bolsas que se meten en el congelador y sirven para conservar la leche materna sin problemas.
        

El sacaleches que compramos es el de medela (el de un tirador, pero también hay de dos tiradores). Las bolsas, de medela también, iban super bien, podíamos poner el nombre de la peque y la fecha en la que había sido extraída.
La idea inicial era guardar toda la leche posible para que, cuando empezara la guardería, siguiera tomando mi leche y, poco a poco irle introduciendo la leche de fórmula. Obviamente, la leche materna extraída debíamos darsela en el biberón... Compramos el Calma de Medela. Está diseñado para permitir la lactancia mixta ya que obliga al bebé a mamar y succionar de la tetina como si se tratara del pecho de la madre. Así no se vuelven vagos (como cuando descubren que del bibe no hay que succionar tanto...)

Las bolsitas de leche nos salvaron en los viajes que tuvimos que hacer para ir a dos bodas que teníamos!

Cuando empezamos con la leche de fórmula, seguimos utilizando estos biberones. Están diseñados para la leche materna pero también van bien con la leche artificial de los primeros meses (sin papilla). Y estuvimos alternando bibes de leche materna y de leche artificial durante semanas!